Dulces, ligerezas del destino que me oprimen y agobian,
malditos días de invierno eterno,
benditas llagas de amor…
He aprendido a ser fuerte,
a lamer las heridas y disimular el dolor.
Soy alma aferrada a cantos, aferrada a la vida,
al padecer pero seguir,
a lo rico de vivir sin necesidad de cuentos,
vivo amores violentos,
algunos crueles e inhumanos,
¿pero quién es libre de un amor malsano?
Si tiran la primera piedra les juro, no seré yo!!
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