jueves, 15 de noviembre de 2018

Los poemas de la mente

Los poemas de la mente

Escurridizos como el agua
Los versos perfectos y la rima sin fin
No dejan que los cuentes
No esperan nada.

Se escapan de la boca al olvido ruin.

Flotando

Te vi caminando, alto lánguido y desgastado
Con el paso lento de quien tiene el dolor a cuestas, casi flotando como una sombra de sí mismo,
con la mueca cruel de indiferencia ante el destino

El silencio del tiempo acompañaba tus pasos, la complicidad del vecino te aparta la cara,
nadie interrumpe la miseria ajena, nadie se atreve a cruzar una mirada.

Quise irrumpir en tu vida, hacer en tu camino una parada, moría de miedo pues estoy escondida, como vos y tus pasos, como vos y la nada.

Nuestros andares son siempre los mismos, el mundo gira sobre su soberbia y no quiera el destino y nos arrepentimos y acabamos con esta miseria.

domingo, 25 de febrero de 2018

Dulce inocencia.

No conocí nunca piel tan excitante,
suave como terciopelo, fina como seda,
dulce como fruta fresca recién caída del árbol
-a punto de comerse-

Tu sonrisa pícara, ilumina a toda hora.
Un ser lleno de ternura 
con un fuego innato que aún no estalla.

Mi cuerpo arde, yo quiero desbordarte,
quiero reecontrarme entre tus piernas 
hacerte temblar,
enseñarte las delicias del mundo 
que hasta ahora te has privado de probar.

Pero ven niño a decirme, ¿hasta cuándo debemos esperar?

Piel de atardecer

No había notado la piel morena al sol,
no la había notado bajo las estrellas,
tampoco me había producido ninguna sensación
una criatura tan tierna.

La inocencia me embriaga, me absorta,
se apodera de mi olfato y activa el instinto,
me enciende y me llama,
yo con gusto la sigo.

Vi tu piel perfecta como de ángel en llamas,
como dunas de arena fina en una tarde lejana, 
bañada de verano, bronceada hasta el alma,
con la calidez de la perfección de playa. 

Sabor a sal, sabor a aventura, sabor a encuentro.
A lo que ocurra.

Tus labios.

Recibí una invitación
y venía te tu boca
que apetecible 
me llamaba a besar.

Placer

Quiero cerrar los ojos
y morderte los labios,
quiero escucharte
mi nombre
gritar.

Deseo

Que delicioso es el deseo, 
gasolina para el cuerpo
y vida para el alma.
 Que deliciosa es la pasión,
fuerza poderosa, abrumadora,
letal.

sábado, 27 de enero de 2018

Sed

Cae la tarde y me apetece un café,
Fuerte como tus ojos e intenso como tu piel,
cae la tarde y le doy una tregua al olvido
y me dejo invadir por la sensación de tenerte nuevamente,
con tu aroma a fruta y la dulzura de tu voz.

Me pierdo en tus caderas,
atada de tu luna y a tu sol ,
acaricio cada espacio que deseé,
que deseo.
Que extraño.
Que necesito.

Cariño mío, mi pecado más honesto.
Me quema tu recuerdo,
Me quema de placer.

No dejes que se vaya otro día sin que te pueda tener.

Y le llamo felicidad.

Hay luces que aparecen de la nada,
buenas noticias que llegan inesperadas pero perfectas. Hay momentos en que el cielo parece oír nuestros ruegos y la vida nos da un receso para el siguiente round, un momento en que lo sencillo se vuelve sublime y la alegría oculta sale a la superficie, la esperanza cobra sentido y puedo estar en paz.

Hay un momento en que Dios toma las riendas y observo con paciencia a que las cuerdas se desaten y las ventanas se abran y en ese momento, paréntesis del tiempo, todo es bueno, todo es cierto y el cielo parece alcanzable.