Yo sé que es banal
Y no conoce prudencia
Más el ardor de su alma
Es a mi ser sentencia
Estoy anclada
A sus promesas entre-dientes
Totalmente hechizada
Por sus detalles recurrentes
Yo sé que es del mundo
Y hasta llega a fascinarme
Que sin piedad alguna se deje poseer
Por su experiencia plena
Que no debe guardarse
Es que no me inmuta su proceder
Su astucia viva
Mi «Divino Marqués»
Su aguijón mortal
De veneno y miel
Es algo único
Y de ello es consciente
Es mi maestre y yo le soy obediente
Él es mi exceso de sufrir y placer
A su corazón de piedra le soy menester
Mi indiferencia disfrazada
Le ha atado a mi piel
Su maldad reside
En que me pide querer
Mi encanto ante él es jugar sin ceder
No hay pretensiones enamorarse después
Y aunque a mí me suceda
Es mi venganza morir
Antes de que lo llegue a saber
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por tu visita.
nos vemos otro día..
abrazos.