lunes, 9 de noviembre de 2015

A tu salud.

Eras vil y yo te quería.
Eras prohibido y yo te deseaba.
Eras un tipo y yo lo creía. 
Eras arrogante y lo detestaba.
Tenías buen sexo... ¿quién lo diría? 
Lo hacías divino y lo disfrutaba.
Sin embargo el destino quiso que un día,
al toro más grande yo despreciara. 
Tragaste tu brama, querido Marqués,
Tragaste tus tonterías de medio-burgués.
Cosas de la vida y sus tonterías pero
Por la boca, muere el pez. 

Patanerías

No sé qué tenían tus ojos que me veían distinta, era quizá el reflejo del espectador,
Tal vez una fantasía reprimida, tal vez el deseo mezquino de corresponderle al amor.

No sé. Y no lo entendería, al final yo sigo siendo yo, aunque tratemos de creernos la mentira de que la gente cambia... la gente como yo.


Y le quise

Le quise con besos desnudos y el alma cubierta.
Lo quise como no había querido,
Como mujer y niña,
Triste y sedienta.
Lo quise como si era mío.
Vi noches llegar en sus ojos tibios,
En su pelo platinado y sus labios ardientes.
... espejos silenciosos de secretos prohibidos
Aún así lo quise.

Llegó el viento, el tiempo, la duda,
Llegó la verdad de su alma,
La artimaña de un Judas,
Su escape, mi herida,
Llegaron sus letras como bala perdida.
Y mordió mis besos, mis recuerdos, mis días
Mordió el deseo y el amor que le tenía,
Dijo mi nombre- que recordará algún día-
Y traicionero se fue de mi vida.