jueves, 25 de julio de 2013

Sol nocturno

Corriendo hacia vos,
Estaba desnuda y cautiva...
Cautiva de temores y desnuda del alma.
De vos.

Corriendo, hacia tus ojos para vestirme,
hacia tus manos para encontrarnos.
Para reconocerte en mí.

A paso ligero, siguiendo el haz de luz de luna que se extingue,
la huella de la brisa que apresura la mañana
y los destellos rabiosos de las ansias del joven sol;
la noche que se hace día y renace.

La noche, cuya madrugada me atrapa en otro poema sin tiempo.
En otro beso sin memoria.
En otro camino que me conduce a vos.

A tu voz.

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