sus ojos guardaban una sombra que cuando me veía
se paseaba por mi cuerpo
y a veces se quedaba.
Su piel olía a hombre pero sabía a niño,
Su piel olía a hombre pero sabía a niño,
se erizaba tanto con mis dedos que cada vez parecía una primera...
Cada vez, se advertía una última;
como si al vivir, moría
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